Alegoría de La Patria
La Alegoría de la Patria Mexicana tiene su origen a principios de la guerra de independencia mexicana cuando un grabado impreso en un Préstamo patriótico a principios de 1808 en favor del Rey N. S. D. Fernando Séptimo y sus vasallos españoles representa a la vieja España y a la Nueva España como dos figuras soberanas, como dos países distintos que están al mismo nivel; dos mujeres unidas en la defensa de la corona de Fernando VII. Así, desde antes de que Miguel Hidalgo iniciara la lucha por la independencia en 1810, la imagen de la Patria soberana parece ser ya una realidad tangible; ya se puede ver.
Cuando Agustín de Iturbide proclama la independencia del Imperio Mexicano en 1821 y anuncia que éste será el “Imperio más opulento de la tierra”, la imagen de la Patria liberada y las alegorías de la Patria opulenta, cuidando sus emblemas y riquezas, son utilizadas con fines de propaganda política por el Emperador y sus seguidores.
La Proclama que hace El Primer Jefe del Ejército Imperial de las tres garantías, á los españoles europeos habitantes de América —que se publica en 1821— reproduce un grabado titulado "La resurrección política de la América". Allí está representada la Patria mexicana, moribunda, recibiendo el auxilio de Iturbide que le tiende una mano mientras que con la otra ofrece la corona del Imperio Mexicano a un miembro de la casa de Borbón; el águila del Imperio Mexicano emprende el vuelo hacia un nuevo amanecer donde, entre los rayos del sol resplandeciente, está escrita la leyenda: “Todo Renace”. Al pie de la imagen se lee esta Octava: Qual cadáver la América yacía Inmóvil y sin vida se notaba; Ni arco, ni flechas, ni carcax tenía Y una dura cadena la enlazaba. Su águila hermosa parece que dormía Y ninguna esperanza le quedaba: Mas Yturbide le extendió su mano, Y revivió el Imperio Mexicano
Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Alegor%C3%ADa_de_la_Patria_Mexicana
Cruces y Campa fue una de las firmas más famosas entre el gremio de profesionales establecido en la década de 1860, cuando surgió un novedoso formato para el retrato: la tarjeta de visita, que propició la reducción de costos y una amplia circulación. El estudio fue fundado en 1862 por Antíoco Cruces y el profesor de grabado Luis Campa en la Ciudad de México, primero en la calle de San Francisco y luego en la del Empedradillo, a un costado de la Catedral Metropolitana. La firma se mantuvo durante quince años y posteriormente Cruces se hizo cargo del negocio; sin embargo, todo indica que su ex socio fundó un nuevo estudio, Campa y compañía, que figura en 1903. Mientras laboraron juntos, por sus salones circularon los más destacados personajes de las sociedad y la política mexicana, especialmente los vinculados al partido liberal. Aunque también fotografiaron a la elite del Segundo Imperio.
Ambos autores estudiaron en la Academia de San Carlos, donde Campa impartió la cátedra de grabado. Esta formación les permitió componer sus obras dentro de los cánones artísticos vigentes, lo que les valió el reconocimiento nacional e internacional, ejemplo de ello es el premio obtenido en la Exposición de Filadelfia de 1876. En sus retratos están presentes los signos de aceptación social de la época, enmarcados en un decorado sencillo que permití acentuar la personalidad de los sujetos con una impresión de naturalidad. Un año antes, anunciaban que a partir de octubre, iban a destruir los “clichets o retratos negativos” que habían conservado por catorce años para dar un nuevo uso a los cristales.
Fuente: http://sinafo.inah.gob.mx/cruces-y-campa-2/
La Alegoría de la Patria Mexicana tiene su origen a principios de la guerra de independencia mexicana cuando un grabado impreso en un Préstamo patriótico a principios de 1808 en favor del Rey N. S. D. Fernando Séptimo y sus vasallos españoles representa a la vieja España y a la Nueva España como dos figuras soberanas, como dos países distintos que están al mismo nivel; dos mujeres unidas en la defensa de la corona de Fernando VII. Así, desde antes de que Miguel Hidalgo iniciara la lucha por la independencia en 1810, la imagen de la Patria soberana parece ser ya una realidad tangible; ya se puede ver.
Cuando Agustín de Iturbide proclama la independencia del Imperio Mexicano en 1821 y anuncia que éste será el “Imperio más opulento de la tierra”, la imagen de la Patria liberada y las alegorías de la Patria opulenta, cuidando sus emblemas y riquezas, son utilizadas con fines de propaganda política por el Emperador y sus seguidores.
La Proclama que hace El Primer Jefe del Ejército Imperial de las tres garantías, á los españoles europeos habitantes de América —que se publica en 1821— reproduce un grabado titulado "La resurrección política de la América". Allí está representada la Patria mexicana, moribunda, recibiendo el auxilio de Iturbide que le tiende una mano mientras que con la otra ofrece la corona del Imperio Mexicano a un miembro de la casa de Borbón; el águila del Imperio Mexicano emprende el vuelo hacia un nuevo amanecer donde, entre los rayos del sol resplandeciente, está escrita la leyenda: “Todo Renace”. Al pie de la imagen se lee esta Octava: Qual cadáver la América yacía Inmóvil y sin vida se notaba; Ni arco, ni flechas, ni carcax tenía Y una dura cadena la enlazaba. Su águila hermosa parece que dormía Y ninguna esperanza le quedaba: Mas Yturbide le extendió su mano, Y revivió el Imperio Mexicano
Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Alegor%C3%ADa_de_la_Patria_Mexicana
Fotografía
Cruces y Campa fue una de las firmas más famosas entre el gremio de profesionales establecido en la década de 1860, cuando surgió un novedoso formato para el retrato: la tarjeta de visita, que propició la reducción de costos y una amplia circulación. El estudio fue fundado en 1862 por Antíoco Cruces y el profesor de grabado Luis Campa en la Ciudad de México, primero en la calle de San Francisco y luego en la del Empedradillo, a un costado de la Catedral Metropolitana. La firma se mantuvo durante quince años y posteriormente Cruces se hizo cargo del negocio; sin embargo, todo indica que su ex socio fundó un nuevo estudio, Campa y compañía, que figura en 1903. Mientras laboraron juntos, por sus salones circularon los más destacados personajes de las sociedad y la política mexicana, especialmente los vinculados al partido liberal. Aunque también fotografiaron a la elite del Segundo Imperio.
Ambos autores estudiaron en la Academia de San Carlos, donde Campa impartió la cátedra de grabado. Esta formación les permitió componer sus obras dentro de los cánones artísticos vigentes, lo que les valió el reconocimiento nacional e internacional, ejemplo de ello es el premio obtenido en la Exposición de Filadelfia de 1876. En sus retratos están presentes los signos de aceptación social de la época, enmarcados en un decorado sencillo que permití acentuar la personalidad de los sujetos con una impresión de naturalidad. Un año antes, anunciaban que a partir de octubre, iban a destruir los “clichets o retratos negativos” que habían conservado por catorce años para dar un nuevo uso a los cristales.
Fuente: http://sinafo.inah.gob.mx/cruces-y-campa-2/
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